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Cambia de parecer por Tigres; el lienzo Gignac



AGENCIA

Sábado 27 de Mayo de 2017 3:36 pm

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El número 10, las animaciones de Bart, Batman, Gokú y Oliver atom, además de sus hijos, decoran la piel del francés.


Desde el momento en que André-Pierre Gignac emprendió el viaje rumbo a México demostró ser  un jugador distinto. Apostar por la Liga MX no le fue fácil por su categoría de seleccionado francés y porque era buscado en clubes de Europa, pero el tiempo le ha dado la razón. Ya es un histórico de Tigres, campeón en dos ocasiones (Apertura 2015 y Apertura 2016), y el referente de una época de éxitos de la institución universitaria. Una contratación incomparable.

Pero también, a nivel personal, su estancia en el país ha sido edificante. Ha dicho que ya “es mexicano” por el cariño recibido por la afición universitaria, en un sentimiento que ha reforzado, porque uno de sus hijos nació acá. En Tigres, por igual, aprendió a ser feliz, lo que le ha generado el deseo de retirarse ahí. Un cariño sincero, que lo ha llevado a cambiar algunas de sus ideas. Por eso fue que decidió tatuarse el brazo izquierdo.

Le hice su primer tatuaje, que fue el zarpazo del Tigre con el número 10 dentro de la piel. Nunca se había tatuado porque no quería. Yo ya tenía como año y medio yendo a su casa, porque tatué a su papá, a su mamá, a su hermano, amigo y esposa, pero él no quería”, recordó el tatuador César Castillo, en entrevista con Excélsior.

Siempre tuvo esa inquietud, porque le fascinaban los tatuajes, pero había cosas que lo detenían como su familia, el hecho de que es jugador y porque nunca se había grabado. Él quería ser diferente, ya que en Europa todos los jugadores están tatuados. Sin embargo, al final, le ganó el gusto por el tatuaje, vio el trabajo y le convenció el diseño que le hice. Se decidió”, detalló.

Al primer tatuaje se le sumaron algunos más hasta cubrir en su totalidad el brazo. Para lograrlo, César ha requerido 20 horas de trabajo junto al artillero quien, además, le pidió imágenes de Bart, Gokú, Oliver Atom y Batman, sus personajes animados favoritos. Por igual, a sus cuatro hijos de espaldas.

Me dijo: ‘no me vayas a fallar en nada, házmelo bien, porque soy muy exigente’. Quedó muy contento con el trabajo que le hice”, agregó Castillo, quien ha tatuado por más de 20 años a personalidades del futbol y el espectáculo.

Para mí es un verdadero honor verlo en la cancha con los tatuajes que le hice. Representa mucho para mi carrera que alguien tan importante haya tenido la confianza de que yo lo tatuara”, señaló.

Si bien César dice ser rayado, no deja de reconocer que la labor con Gignac lo ha hecho dudar. Ha comenzado a surgir cierto cariño por los Tigres.

En mi familia todos son aficionados de los Tigres. Mi padre tiene diabetes, tenía un problema en el pie, lo llevé para que lo conociera y se portó muy bien con él. El día de la final contra el América me tuve que poner la camiseta de Tigres en apoyo a mi papá y a Gignac, porque se portó bien conmigo”, concluyó César.

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