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Hijos de Juan Rulfo ofrecen retrato íntimo del escritor en la UNAM



FOTO INTERNET

Sábado 22 de Abril de 2017 6:44 pm

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Los hijos del autor de "Pedro Páramo" y "El llano en llamas" compartieron detalles íntimos y cotidianos de su padre.


Juan Rulfo fue un hombre sencillo, con una personalidad sobria que rehuía a hablar sobre sí mismo, pero era capaz de sostener por horas una conversación con el tendero o el albañil que trabajaba en los alrededores de su casa; fue un padre que disfrutaba hablar de música, que intentaba ayudar en las tareas escolares de sus hijos pequeños y que trabajaba por las noches; fue un creador apasionado de la antropología mexicana, de su labor en el Instituto Nacional Indigenista donde escribió más de 250 textos y fue un escritor que antes de morir decidió que su secretaria rompiera, hoja por hoja, su última novela.

Este es el retrato que Juan Carlos y Juan Pablo hicieron de su padre en el conversatorio que se llevó a cabo este sábado en el Centro Cultural Universitario sobre la serie “100 años con Juan Rulfo”, que realiza Media Luna Producciones, en el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa que organiza Difusión Cultural UNAM.

Los hijos del autor de "Pedro Páramo" y "El llano en llamas" compartieron detalles íntimos y cotidianos de su padre, como que era parco para comer y desayunaba ligero, y que hablaba poco lo que propiciaba que la comunicación de la familia estuviera basada, en muchas ocasiones, en silencios.

"Era un ser sumamente discreto, delicado al hablar y al aseverar con muchos silencios. Hablábamos en silencio y nos comunicábamos en silencio, quizá esto era muy común en cierta generación en que la vista marcaba un ritmo y decía muchas cosas.

Yo estaba muy pendiente en cómo se miraba y de qué manera se miraba para entender que había qué hacer y cómo actuar. Era muy importante mantener esa discreción en mi casa, él vivía así. Se nos hizo una costumbre, a veces no muy práctica porque cuando se sale del entorno familiar y se convive con otras personas se vuelve difícil manejarse en silencio. Yo he tenido serios problemas por quedarme callado porque pienso que las cosas son obvias y se ven", dijo Juan Pablo.

Juan Carlos, el cineasta, recordó que le gustaba platicar por las noches. "Nunca lo vi escribir, su escritorio siempre estaba lleno de papeles, lo veías escuchando rancheras o música medieval, que grababa del radio en una casetera.

Acababa de llegar la primera casetera a la casa en los años 70 y le gustaba mucho grabar música, era fan de Radio Universidad. Y te decía: 'Mira, ya conseguí la versión integral de Carmina Burana que está en siete discos'. Y se seguía con toda una letanía sobre los discos que compraba, él cerraba los ojos y se ponía a escuchar y uno se quedaba ahí, parado, hasta que le tenías que decir que te ibas a dormir".

Y agregó que no mantuvo una relación literaria con su padre sino musical. "Los domingos eran hot cakes y Chico Buarque. Yo me sentía súper raro porque iban mis amigos y decían que era muy raro que nadie hablara en la casa, nosotros podíamos decirnos: 'pásame el azúcar' sin pronunciar una palabra.

En la primaria cuando presumíamos qué hacían los papás yo decía que el mío era escritor, era una cosa rara, pero me sentía muy orgulloso. Tiempo después yo tenía que leer 'Pedro Páramo´ en la primaria y tenía que ser más inteligente. Me sabía de memoria Luvina", recordó.

Juan Carlos compartió que su padre "detestaba que hablaran sobre él". "Podría abstenerse de encontrarse con ciertas personas para no hablar, pero podía sentarse en la banqueta para hablar por horas con un albañil y tomarse un refresco. Nosotros nos preguntábamos quién era ese señor", dijo.

Juan Pablo, al ser cuestionado sobre la existencia o no de la novela "La cordillera" sobre la que se han generado muchos mitos y leyendas, Juan Pablo indicó: “Cuando muere, su secretaria nos comentó que sí existió, que incluso ella le ayudó a pasarlo a máquina y en un momento él le pidió que la destruyera en su presencia. Le dijo: “destrúyala enfrente de mí”, y hoja por hoja la fue rompiendo”, relató.

Finalmente Juan Carlos abundó sobre la serie de siete capítulos titulada "100 años con Juan Rulfo", que se estrenará el 16 de mayo en el Hospicio Cabañas, fecha en la que se cumple un siglo del nacimiento del autor de "Pedro Páramo"; en los que participan como entrevistados figuras como Juan Villoro, Jorge Ayala Blanco, Elena Poniatowska, Manuel Ojeda, María Rojo, José Agustín, Julio Estrada, Ignacio López Tarso, entre otros. "Ha sido un esfuerzo titánico", dijo su realizador.

El primer capítulo aborda la creación de "El llano en llamas" “desde la sopa de cultivo donde se desarrolla esta obra” que tiene lugar en el sur del estado de Jalisco y está dedicado a su madre Clara Rulfo; el segundo se enfocará en las distintas versiones, lecturas y formas de interpretar Pedro Páramo, a partir de diferentes voces, así como la recepción de la obra por parte de la prensa en los años 50, es lo que aborda el segundo capítulo.

El trabajo de Juan Rulfo como fotógrafo se recoge en el tercer capítulo de la serie. A partir de una selección de imágenes tomadas por su padre, Juan Carlos Rulfo se trasladó a los lugares donde fueron generadas las tomas y realizó un ejercicio de imaginación. “Fui a buscar dónde fue tomada esa foto, puse la cámara e imaginé que él estuvo ahí. Fue un ejercicio muy emotivo”, comentó.

El cine es el tema del cuarto capítulo en el que se habla de las distintas formas de representar a México; y el quinto apartado de la serie trata el trabajo antropológico que realizó Juan Rulfo en el Instituto Nacional Indigenista y recupera al Rulfo viajero y conocedor de la geografía mexicana.

Los distintos cuestionamientos en torno al Rulfo escritor y su percepción en el mundo son los temas del capítulo sexto de la serie; y el último es acerca del Centenario del escritor jalisciense.

EL UNIVERSAL



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