Cargando



Fervor guadalupano



Domingo 11 de Diciembre de 2016 10:40 am

+ -

De generación en generación, esta fe se va heredando, se asume y defiende, porque es su religión y su creencia.


EL fervor por la Virgen de Guadalupe se vive en Colima, se siente, se escucha, se huele. Desde el primer día de diciembre se realiza esta fiesta que condecora el centro de la capital con las peregrinaciones que hora tras hora recorren la calle principal con plegarias o cumpliendo mandas a la Virgen Morena.

Por la calle Madero, desde el jardín Núñez hasta el Libertad, donde se encuentra la Catedral Basílica Menor, reconocida como santuario de la Guadalupana, los fieles recorren las plazas. Muchos, vestidos con trajes típicos de manta o bordados, en homenaje al encuentro de San Juan Diego con la Virgen, en el año 1531, en el cerro del Tepeyac.

De generación en generación, esta fe se va heredando, se asume y defiende, porque es su religión y su creencia.

“Todo el docenario venimos con la Virgen de Guadalupe, ella es nuestra madre, es la que nos cuida, la que protege a nuestras familias y a quien le pedimos paz y amor”, expresó Ángela Robles Torres, quien acude a Catedral como lo hacen más de 3 mil personas, día a día, durante el docenario guadalupano.

 

GUADALUPANISMO

El origen del fervor a la Virgen de Guadalupe data de hace 485 años; esta creencia y devoción se ha cultivado en la conciencia social y espiritual de los mexicanos, así como de los colimenses, cuyo arraigo se sostiene en la fe y amor a la figura religiosa que marcó una fase de encuentro entre la religión católica y el mestizaje en México, tras la Conquista española.

El padre Óscar Llamas Sánchez explicó que a partir de las expresiones populares, se estudian dos fenómenos que se viven cada inicio de mes de diciembre: uno, el Guadalupanismo, como concepto propio de manifestación cultural y, otro, el mensaje de la Virgen de Guadalupe, como concepto de fe y religión.

“El Guadalupanismo son todas las expresiones de arte popular, como las peregrinaciones los carros alegóricos, los danzantes, las prendas que se utilizan”, expresó el párroco de Coquimatlán y encargado de Comunicación en la Diócesis de Colima.

“El otro aspecto es el de Guadalupe como tal. El primero nos refiere la parte popular y otro es el mensaje liberador que dirige la Santísima Virgen a nuestro pueblo, hay que recordar que en 1531 se encontraba esclavizado, pisoteado, ninguneado. Es cuando ella se presenta y se nos muestra con el amor y ternura. Viene ella a elevar nuestra autoestima, a decirnos que somos un pueblo valioso que no está abandonado”, comentó en entrevista para Diario de Colima.

“Ella nos dice claramente en su mensaje: ¿Por qué te afliges?, ¿por qué pierdes la calma?, ¿qué no estoy yo aquí que soy tu madre? Todas estas palabras son lo que nos hace sentirnos llamados a saludarla y visitarla, porque nos sentimos protegidos y cuidados por ella”.

 

REGISTROS DE FE

La fidelidad de los colimenses a la Virgen de Guadalupe data desde los casi 5 siglos en que se dio este encuentro religioso con México, los cuales se cumplirán en 15 años más.

De acuerdo a documentos históricos eclesiásticos, las primeras citas a la Guadalupana dadas en la entonces Villa de Colima son de 1537, apenas 6 años después de su aparición a Juan Diego. Esto se expone así en el libro Testimonios Históricos Guadalupanos, de Juan Bautista Muñoz, editado en 1966.

En estos documentos se plantea la referencia al Testamento de Bartolomé López, que se incluye en el apartado de Documentación Española de la época, siendo él avecindado de la Villa de Colima. El apartado deja referencia en su testamento de algunas advocaciones a “la casa de Ntra. Sra. De Guadalupe”, pidiendo se “rece por sus almas”.

El segundo testimonio de fe para la Virgen de Guadalupe del cual se tiene registro y cuyo origen cita a Colima, se da en 1539, en la “Carta de pago de María Gómez”. Este testimonio recabado por especialistas eclesiásticos sucede en la misma Villa de Colima y ha sido transcrito en la publicación que aborda el culto a la Virgen de Guadalupe:

“ítem: que pago a la Casa de Nuestra Señora de Guadalupe e a su procurador en su nombre ciento e un pesos de oro de minas. Dio carta de pago dellos”, expone el texto recabado de la misma fuente documental de Juan Bautista Muñoz.

Estos testimonios han sido cuestionados por algunos analistas religiosos, quienes señalan que por el año que se presentaron, las menciones pudieron haber sido hechas en alusión a la Virgen de Guadalupe de Extremadura de España, reconocida como precursora de la Virgen de Guadalupe de México.

Sin embargo, tales teorías fueron desechadas por otros analistas, quienes aseveran que en México no hubo procurador del santuario extremeño antes de 1560, es decir, 20 años después de los testimonios rescatados de los archivos bibliográficos.

Uno de los aspectos relevantes para el estudio del culto en Colima es la rapidez en que la devoción por la aparición de la Virgen de Guadalupe se extendió en México, puesto que se reconocía a Colima como una ciudad lejana del centro del país, pero pudo propagarse por los propios colonizadores de origen mestizo.

Desde entonces, esta fe se ha conservado, pasando por etapas icónicas de religiosidad en nuestra región, como fue la participación en la Lucha de Independencia y posteriormente en la Guerra Cristera, donde la Guadalupana fue símbolo, provocando un mayor arraigo.

 

TESTIMONIOS DE DEVOCIÓN

En la actualidad, el encuentro con la Virgen de Guadalupe se da en términos de oración y veneración. Para la Iglesia Católica, este sentimiento preservado por los feligreses mantiene con vida la fe y la esperanza, así como la comunión de un pueblo mexicano que ha enfrentado diversas adversidades.

“Generalmente las fiestas grandes de la iglesia son de 9 días, son novenarios. Nueve días de fiesta es porque se trata de una festividad importante. Esta festividad sobrepasa a otras festividades de los santos”, expresó el padre Óscar Llamas, quien aseveró que el sentimiento de protección es principal factor de amor por la Virgen del Tepeyac.

La señora Regina López Suárez, habitante del Barrio de la Salud, en el centro de Colima, relató que la Virgen de Guadalupe le ha concedido el apoyo necesario para enfrentar, desde la espiritualidad, diversas adversidades. La más grave, contó, fue el accidente automovilístico que vivió uno de sus hijos, que por más de 4 meses permaneció en coma.

“Los doctores me decían que no había posibilidades, que mi hijo no iba a vivir más. Cuando escuchas eso, no hay otra alternativa que la fe. Yo le pedí a la Virgen de Guadalupe que permitiera que mi hijo viviera, y ahora él está conmigo, trabajando y siguiendo son su vida normal”, comentó la mujer, quien, por ese favor, prometió a la Guadalupana que acudiría a todos los docenarios en su honor.

El padre Óscar Llamas manifiesta que en esta ocasión, el mensaje católico, en el marco de las fiestas Guadalupanas, se dirige a atender la preocupación de los mexicanos por temas de política internacional, seguridad y empleo.

“Nos sentimos preocupados por la violencia, que en lugar de apagarse, va creciendo. Los medios de comunicación nos presentan situaciones lastimosas, graves, que decimos, ¿hasta cuándo? Las fiestas de Guadalupe vienen a resonar en nuestros corazones, en nuestra sociedad creyente, que se acerca a los brazos de su madre para sentir cobijo”, expresó el presbítero.

Necesitas ser un suscriptor para ver la nota completa

Carlos Alberto PÉREZ AGUILAR



1872 Vistas