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Magistrada de SLP es víctima de hostigamiento laboral



EL UNIVERSAL

Lunes 16 de Mayo de 2016 4:11 pm

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Yolanda Pedroza Reyes, denuncio que ha recibido acoso laboral y discriminación por parte de magistrados electorales.


“¡Aquí se hace lo que yo diga! ¡Si no lo autorizo, usted no va a hacer nada!”, le dijo Rigoberto a Yolanda, quien vio en ella a una rival por el simple hecho de ser mujer.

En pleno Siglo XXI, la violencia de género no ha podido ser superada y toca todas las esferas en las que una mujer puede desempeñar algún cargo público, pero el sexo opuesto se resiste a aceptar que ellas tienen las mismas capacidades, las mismas oportunidades y los mismos derechos.

Tras revisar su perfil, Yolanda Pedroza Reyes fue designada el 2 de octubre de 2014 por el Senado de la República como magistrada del Tribunal Electoral de San Luis Potosí; siete meses después comenzó el calvario. Dos magistrados comenzaron a intimidarla para lograr su renuncia; sin embargo, el hostigamiento, la violencia laboral y la discriminación que vivió Yolanda por un año la hizo más fuerte.

Tras ser designados por el Senado, el magistrado Rigoberto Garza pidió a Yolanda Pedroza su voto para que fuera él el presidente de ese órgano. Ella le dio el voto de confianza y aceptó apoyarlo, pero conforme pasó el tiempo se dio cuenta que la administración del Tribunal estaba en peligro.

Pero Garza de Lira necesitaba un aliado y lo halló en el magistrado Óskar Kalixto Sánchez.

Consultado al respecto, Kalixto Sánchez asegura que en el fallo hay una precipitación, porque no se les escuchó como una parte involucrada.

Argumenta que la problemática se originó porque Pedroza Reyes quería ser presidenta del Tribunal.

Pero la magistrada relata que “desde el inicio de nuestras funciones trataron de llevar el control del Tribunal después de obtener mi voto para que fuera presidente. Comenzó a tomar determinaciones en los nombramientos, en el ejercicio del presupuesto en las que no se me tomó en cuenta”, explica Predroza Reyes.

No quería problemas, pero al ver que lo que hacía el magistrado Rigoberto Garza no implicaba el buen manejo de la administración del Tribunal Electoral ella pidió cuentas, lo que no fue bien visto por el presidente.

“Decidí conversar con el presidente para decirle mi punto de vista con algunas acciones que se estaban tomando que me parecían incorrectas, pero fue materia de discusión álgida en el sentido de que él era el presidente y él decidía. Hablé con mi otro compañero (Óskar Kalixto) y tampoco estuvo de acuerdo con mis argumentos; fue cuando los dos hicieron una mancuerna y me dejaron de lado”, comenta.

EL UNIVERSAL



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